LA IMPORTANCIA DEL DESCANSO





El corre corre diario hace que las horas se pasen volando y que el cuerpo acumule altas dosis de estrés. Esta es la razón por la que en el fin de semana, la sensación de cansancio permanezca pese a dormir más.

El tráfico pesado y el poco tiempo disponible para cumplir con todas las responsabilidades desencadenan una serie de situaciones que afectan la salud.

El estrés laboral y los asuntos que quedaron pendientes al final del día reducen las horas de sueño, limitando el descanso indispensable para recuperarse. “La mayoría de los adultos necesita dormir entre siete y ocho horas cada veinticuatro horas, aunque algunas personas funcionan bien con cinco horas o menos. Cuando no se duerme suficiente, la salud sufre. La falta de sueño produce cansancio, irritabilidad y dificultad para concentrarse; además, en el futuro habrá más riesgo de sufrir otros problemas, como hipertensión, enfermedades cardiacas y diabetes”, advierten los especialistas de Mayo Clinic.

PEQUEÑAS PAUSAS

“Desafortunadamente, mucha gente cree que el cuerpo sí o sí debe aguantar el trajín del día. Lo que ignoran es que, tarde o temprano, recibirán factura de esa falta de descanso”, precisa la doctora Carolina Salazar.

Y es que un espasmo muscular o un dolor de cabeza incapacitante no avisa. Sucede, y de manera inmediata el afectado debe acudir a urgencias. La recomendación de los especialistas es no esperar a que esto ocurra, sino abrir días de descanso mental y físico para recobrar las fuerzas.

El reposo no necesariamente significa pasar cinco días en la playa. “Si durante un año trabajamos de domingo a domingo para tomarnos 15 días de vacaciones, no lograremos una verdadera recuperación. Organizar pequeños paseos para desconectarse, es una gran ayuda para seguir con la rutina”, explica la especialista.

CAMBIE DE PAISAJE

El solo hecho de salir de la ciudad, ver un paisaje distinto, los árboles, las flores, respirar un nuevo aire, ayuda a que el cerebro encuentre un momento de paz, en el cual las preocupaciones no se relacionarán con objetos ni lugares cotidianos.

Ya con la mente en calma, el paso siguiente es hacer descansar el cuerpo. Existen varios tratamientos y terapias con el fin de que la tensión acumulada se disipe. ¿Qué tal un masaje?

TRATAMIENTOS

Qué mejor manera de relajarse que en un jacuzzi con hidromasajes y esencias florales y frutales. Se pueden adicionar sales minerales y rosas que, además de distensionar, darán un cuidado extra a la piel.

También están los cuidados de belleza, que incluyen manicura y pedicura, así como masajes relajantes, ayurvédicos o faciales de té verde y exfoliaciones corporales, entre otros.

El olor de las esencias florales y en general la aromaterapia disminuyen en pocos minutos los niveles de fatiga y ansiedad.

En la actualidad se ofrecen tratamientos para todos los gustos: desde jacuzzis al aire libre para quienes prefieren contemplar la naturaleza mientras se relajan, hasta la comodidad de un baño caliente en el cuarto de un hotel spa.

Sin necesidad de conducir automóvil por largas horas, es posible gozar de atractivos lugares con toda la familia. Permitirse esos espacios es sano para la salud física y mental. Gracias a estas escapadas, el cuerpo alcanzará un balance conveniente y será capaz de afrontar las obligaciones diarias, reduciendo así el riesgo de espasmos musculares, dolores de cabeza, depresión y estrés, entre otros malestares.